Niebla

Recién había llegado al poblado, lo hizo por motivos laborales y por cuestiones económicas buscó alojamiento barato. El lugar que encontró no era malo, carente pero soportable. En el patio de la vivienda había una lámpara con sensor. Las conocía, pero sólo en alumbrado público. Los primeros días todo era normal, iba al trabajo, volvía a su hogar y hablaba con su familia, hasta que comenzó a notar que la lámpara permanecía encendida durante las noches, aún cuando no había nadie y ella lo había comprobado, permanecía mirando y no veía a nadie. Un fallo en el equipo, pensó. Una noche se sorprendió al ver que el cielo se cubría de una niebla espesa, esto la distrajo y no miro la lámpara, como solía hacerlo, y por eso no tuvo oportunidad de ver la silueta oscura que yacía detrás de la tenue luz. Al día siguiente envió mensajes a su familia, no obtuvo respuesta. Cosa rara, seguramente estaban ocupados, pero notó que llegando al trabajo nadie parecía reparar en ella. Se tranquilizó, no le dió importancia y continúo su día con normalidad, pero al volver a casa se horrorizó al encontrarse sobre la cama sin vida.