Hay ocasiones en las que pareciera que la vida da señales; que los patrones se repiten; que algo con mayor conciencia trata de transmitirnos algo, o guiarnos a algún lado.
Esta canción fue lanzada hace 15 años. Honestamente, no recuerdo cuándo fue la primera vez que la escuché. Pudo ser en la radio en línea, pudo ser por descargar el CD de High School Of The Dead, e incluso por algún video random de YouTube. A día de hoy, creo que no lo recordaré nunca. Pero, al final, lo que vengo a decir de esta obra es la importancia y el gusto que tiene para mí.
La canción tiene una estructura, a mi parecer, predecible. Comenzamos con algo más o menos tranquilo, en cuanto a la rapidez se refiere. Las voces se hacen presentes, como si me invitaran a escuchar un mensaje de duda: preguntas que todos nos hacemos respecto a la vida. Por momentos, parecemos tener respuestas, lo cual se refleja en la segunda estrofa, más calmada. Y, de pronto, viene el preámbulo a la explosión: un grito de emoción que estalla en energía liberada; una catarsis que evoca un sentimiento profundo en mí; un instante en el que una nova emana de mi pecho y quiere salir en forma de un rayo dirigido. Un grito desesperado por encontrar un sentido y un lugar. Es en ese momento cuando siento que la música me atraviesa, que me abre el pecho y deja salir todo lo que llevo dentro, incluso aquello que no sabía que estaba ahí. Es una liberación violenta, pero necesaria.
Después, de una manera en la que las palabras ya no alcanzan, se escucha el solo de guitarra: emulando inicialmente a la voz, pero pronto se convierte en algo más. Un solo disonante que me lleva a pensar que los pensamientos se desbordan y desperdigan sin control. De pronto, toma estructura y estalla en un frenesí que se funde en el infinito, en un bend de guitarra. Aquí es donde la música me lleva de la mano por un laberinto emocional, y justo cuando creo que me perderé, encuentro una salida en ese sonido que se eleva hacia lo desconocido. Es como si la guitarra hablara por mí, diciendo todo lo que no puedo expresar con palabras.
Volvemos a las voces, que regresan a donde nos encontrábamos: preguntando con tranquilidad si este es el rumbo. Volvemos a encontrar respuestas, pero, de pronto, esas preguntas vuelven a revolver nuestra cabeza. Esta vez, sin embargo, las respuestas no evocan una explosión, sino al contrario: una decepción; una sensación de desaliento; un "¿y si no es así?". Pero, velozmente, esa decepción se convierte nuevamente en un grito desesperado que busca respuestas, para finalmente resolverse en "solo seguir". Esa frase, tan simple, se clava en mi mente, como un recordatorio de que, a veces, no hay que entender todo, solo avanzar. Es en ese momento cuando siento que la música me abraza, que me dice que está bien no tener todas las respuestas.
Esto, y más, me evoca esta canción que acabo de interpretar, sin conocer con certeza su letra. Que he tocado en la guitarra en ocasiones; que me ha acompañado en días lluviosos, en el camión y de camino a casa.
Uno de mis sueños se encontraba atado a esta melodía: un sueño frívolo que pude cumplir hace ya muchos años, gracias a un amigo. El cual era: bajo la lluvia, ir a toda velocidad en una moto, mientras esta canción se escuchaba de fondo. Literalmente, lo soñé, y literalmente se convirtió en un sueño realizado.
Aquel día, iba con mi amigo "El Tacos". Después de haber bebido un poco en su casa, yo tenía intención de regresar a la mía. Lo recuerdo bien. Pensando que llovería, decidimos irnos temprano, además, con la incertidumbre de que hubiera combis en el paradero del Mexibús en Tecámac. Me dijo que nos fuéramos en su moto. Comenzó la llovizna, y volteé hacia arriba: tuve un momento estético y revelador en ese instante. La lluvia tocaba levemente mi rostro; las gotas apenas se estaban haciendo presentes; el aroma a petricor comenzaba a emanar del suelo. Las tenues luces alrededor del terreno, poco iluminado en el que estábamos, dejaban ver las tiernas gotas recién formadas. Le pedí a mi amigo que no pidiera explicaciones, pero que, por favor, cuando fuéramos en el camino, me dejara escuchar música. A lo cual, aceptó sin decir nada. Puse música, emulando aquella vez que iba en el camión a los 15 años, con lluvia y el viento en la cara, escuchando Slipknot a todo lo que daban los audífonos. Esta ocasión, puse el aleatorio, y cuál fue mi sorpresa, que a medio camino salió Ripple.
Mi amigo había acelerado en la carretera. Sentí el viento correr por mis mejillas, enfriando todo mi rostro; mis manos sostenían fuerte la moto; una sensación de adrenalina y catarsis recorría todo mi cuerpo; una sensación de poder fundirme con el universo, en el éxtasis de la extinción.
La canción es breve, y así fue el recorrido. Mi amigo, preguntando al llegar si estaba bien. Yo repliqué: "No sabes lo que has hecho por mí". Esas palabras salieron de mí sin pensarlas, pero eran ciertas. En ese momento, me sentí vivo, conectado, parte de algo que trascendía lo cotidiano.
Desde aquel entonces, revivo ese sueño cada vez que escucho esta canción. Es como si, por unos minutos, pudiera volver a sentir el viento en mi rostro, el olor a petricor, la adrenalina corriendo por mis venas. Es un viaje en el tiempo, una puerta a un momento que, aunque pasó, sigue vivo en mí.
Y, como algo adicional, me causó curiosidad. Veamos de qué habla:
リプル (Ripple)
Verso 1Una imagen vívida, como una corriente eléctrica,resonó con las emociones flotando en el aire.En estos días, en los que podría perderme,la aguja del reloj apuntó a las doce.
BridgeLa luz de la luna tiembla y parpadea.
Verso 2Un impulso que late en un solo instante,desechando las emociones que se convierten en ruido.No hay nada por lo que deba dudar,porque lo sentí con tanta, tanta fuerza.
CoroAunque la lluvia me arrebate el calor,este pulso finito,no lo borres hasta que todo termine. Sigue caminando.Si esta mano puede tocarte,¿habrá algo más allá de la soledad?
Interludio
Verso 3El reflejo de la luz, suspendido en el aire,como una ilusión que detuvo el tiempo.Lo único que puede permanecer iguales la voluntad y la verdad.
Coro¿Podrás alcanzarlo, aunque no puedas oírme?Tan infinito que parece no tener fin.Si hasta lo más seguro puede desvanecerse,al menos, por ahora,déjame sentirlo todo en este mundo.
Según la IA:
La canción parece explorar la búsqueda de significado en un mundo en constante cambio. Podría interpretarse como:
Un viaje personalAlguien en busca de respuestas, atravesando la incertidumbre.El tiempo (simbolizado por el reloj) y los elementos naturales (lluvia, luz, reflejos) representan la lucha interna por comprender su propósito.
Un mensaje sobre la conexión humanaLa pregunta "Si esta mano puede tocarte, ¿habrá algo más allá de la soledad?" sugiere la importancia del contacto con otros.Puede ser una reflexión sobre si la comunicación real trasciende las barreras del lenguaje y el tiempo.
Un tema existencialistaLa frase final, "Déjame sentirlo todo en este mundo", sugiere una urgencia por vivir el presente antes de que desaparezca.
Mi opinión después de leer la traducción
Leyendo la interpretación de la IA, no me queda duda de que el arte trasciende las barreras del idioma. No puedo sino encontrar mucho de lo que incluso he escrito estas semanas en esa interpretación.
Ahora, tiene un gramo más de significado. Puedo decir con certeza que veo un reflejo nítido de mí mismo en esa canción. Es como si, a través de la música, pudiera verme a mí mismo desde otra perspectiva, entender cosas que antes no podía nombrar. Y eso, en sí mismo, es arte.
Hay ocasiones en las que pareciera que la vida da señales; que los patrones se repiten; que algo con mayor conciencia trata de transmitirnos algo, o guiarnos a algún lado.
Esta canción fue lanzada hace 15 años. Honestamente, no recuerdo cuándo fue la primera vez que la escuché. Pudo ser en la radio en línea, pudo ser por descargar el CD de High School Of The Dead, e incluso por algún video random de YouTube. A día de hoy, creo que no lo recordaré nunca. Pero, al final, lo que vengo a decir de esta obra es la importancia y el gusto que tiene para mí.
La canción tiene una estructura, a mi parecer, predecible. Comenzamos con algo más o menos tranquilo, en cuanto a la rapidez se refiere. Las voces se hacen presentes, como si me invitaran a escuchar un mensaje de duda: preguntas que todos nos hacemos respecto a la vida. Por momentos, parecemos tener respuestas, lo cual se refleja en la segunda estrofa, más calmada. Y, de pronto, viene el preámbulo a la explosión: un grito de emoción que estalla en energía liberada; una catarsis que evoca un sentimiento profundo en mí; un instante en el que una nova emana de mi pecho y quiere salir en forma de un rayo dirigido. Un grito desesperado por encontrar un sentido y un lugar. Es en ese momento cuando siento que la música me atraviesa, que me abre el pecho y deja salir todo lo que llevo dentro, incluso aquello que no sabía que estaba ahí. Es una liberación violenta, pero necesaria.
Después, de una manera en la que las palabras ya no alcanzan, se escucha el solo de guitarra: emulando inicialmente a la voz, pero pronto se convierte en algo más. Un solo disonante que me lleva a pensar que los pensamientos se desbordan y desperdigan sin control. De pronto, toma estructura y estalla en un frenesí que se funde en el infinito, en un bend de guitarra. Aquí es donde la música me lleva de la mano por un laberinto emocional, y justo cuando creo que me perderé, encuentro una salida en ese sonido que se eleva hacia lo desconocido. Es como si la guitarra hablara por mí, diciendo todo lo que no puedo expresar con palabras.
Volvemos a las voces, que regresan a donde nos encontrábamos: preguntando con tranquilidad si este es el rumbo. Volvemos a encontrar respuestas, pero, de pronto, esas preguntas vuelven a revolver nuestra cabeza. Esta vez, sin embargo, las respuestas no evocan una explosión, sino al contrario: una decepción; una sensación de desaliento; un “¿y si no es así?”. Pero, velozmente, esa decepción se convierte nuevamente en un grito desesperado que busca respuestas, para finalmente resolverse en “solo seguir”. Esa frase, tan simple, se clava en mi mente, como un recordatorio de que, a veces, no hay que entender todo, solo avanzar. Es en ese momento cuando siento que la música me abraza, que me dice que está bien no tener todas las respuestas.
Esto, y más, me evoca esta canción que acabo de interpretar, sin conocer con certeza su letra. Que he tocado en la guitarra en ocasiones; que me ha acompañado en días lluviosos, en el camión y de camino a casa.
Uno de mis sueños se encontraba atado a esta melodía: un sueño frívolo que pude cumplir hace ya muchos años, gracias a un amigo. El cual era: bajo la lluvia, ir a toda velocidad en una moto, mientras esta canción se escuchaba de fondo. Literalmente, lo soñé, y literalmente se convirtió en un sueño realizado.
Aquel día, iba con mi amigo “El Tacos”. Después de haber bebido un poco en su casa, yo tenía intención de regresar a la mía. Lo recuerdo bien. Pensando que llovería, decidimos irnos temprano, además, con la incertidumbre de que hubiera combis en el paradero del Mexibús en Tecámac. Me dijo que nos fuéramos en su moto. Comenzó la llovizna, y volteé hacia arriba: tuve un momento estético y revelador en ese instante. La lluvia tocaba levemente mi rostro; las gotas apenas se estaban haciendo presentes; el aroma a petricor comenzaba a emanar del suelo. Las tenues luces alrededor del terreno, poco iluminado en el que estábamos, dejaban ver las tiernas gotas recién formadas. Le pedí a mi amigo que no pidiera explicaciones, pero que, por favor, cuando fuéramos en el camino, me dejara escuchar música. A lo cual, aceptó sin decir nada. Puse música, emulando aquella vez que iba en el camión a los 15 años, con lluvia y el viento en la cara, escuchando Slipknot a todo lo que daban los audífonos. Esta ocasión, puse el aleatorio, y cuál fue mi sorpresa, que a medio camino salió Ripple.
Mi amigo había acelerado en la carretera. Sentí el viento correr por mis mejillas, enfriando todo mi rostro; mis manos sostenían fuerte la moto; una sensación de adrenalina y catarsis recorría todo mi cuerpo; una sensación de poder fundirme con el universo, en el éxtasis de la extinción.
La canción es breve, y así fue el recorrido. Mi amigo, preguntando al llegar si estaba bien. Yo repliqué: “No sabes lo que has hecho por mí”. Esas palabras salieron de mí sin pensarlas, pero eran ciertas. En ese momento, me sentí vivo, conectado, parte de algo que trascendía lo cotidiano.
Desde aquel entonces, revivo ese sueño cada vez que escucho esta canción. Es como si, por unos minutos, pudiera volver a sentir el viento en mi rostro, el olor a petricor, la adrenalina corriendo por mis venas. Es un viaje en el tiempo, una puerta a un momento que, aunque pasó, sigue vivo en mí.
Y, como algo adicional, me causó curiosidad. Veamos de qué habla:
リプル (Ripple)
Verso 1
Una imagen vívida, como una corriente eléctrica,
resonó con las emociones flotando en el aire.
En estos días, en los que podría perderme,
la aguja del reloj apuntó a las doce.
Bridge
La luz de la luna tiembla y parpadea.
Verso 2
Un impulso que late en un solo instante,
desechando las emociones que se convierten en ruido.
No hay nada por lo que deba dudar,
porque lo sentí con tanta, tanta fuerza.
Coro
Aunque la lluvia me arrebate el calor,
este pulso finito,
no lo borres hasta que todo termine. Sigue caminando.
Si esta mano puede tocarte,
¿habrá algo más allá de la soledad?
Interludio
Verso 3
El reflejo de la luz, suspendido en el aire,
como una ilusión que detuvo el tiempo.
Lo único que puede permanecer igual
es la voluntad y la verdad.
Coro
¿Podrás alcanzarlo, aunque no puedas oírme?
Tan infinito que parece no tener fin.
Si hasta lo más seguro puede desvanecerse,
al menos, por ahora,
déjame sentirlo todo en este mundo.
Según la IA:
La canción parece explorar la búsqueda de significado en un mundo en constante cambio. Podría interpretarse como:
Un viaje personal
Alguien en busca de respuestas, atravesando la incertidumbre.
El tiempo (simbolizado por el reloj) y los elementos naturales (lluvia, luz, reflejos) representan la lucha interna por comprender su propósito.
Un mensaje sobre la conexión humana
La pregunta “Si esta mano puede tocarte, ¿habrá algo más allá de la soledad?” sugiere la importancia del contacto con otros.
Puede ser una reflexión sobre si la comunicación real trasciende las barreras del lenguaje y el tiempo.
Un tema existencialista
La frase final, “Déjame sentirlo todo en este mundo”, sugiere una urgencia por vivir el presente antes de que desaparezca.
Mi opinión después de leer la traducción
Leyendo la interpretación de la IA, no me queda duda de que el arte trasciende las barreras del idioma. No puedo sino encontrar mucho de lo que incluso he escrito estas semanas en esa interpretación.
Ahora, tiene un gramo más de significado. Puedo decir con certeza que veo un reflejo nítido de mí mismo en esa canción. Es como si, a través de la música, pudiera verme a mí mismo desde otra perspectiva, entender cosas que antes no podía nombrar. Y eso, en sí mismo, es arte.